Quito, 25 ene (Prensa Latina) La canciller de Ecuador, Gabriela Sommerfeld, explicó hoy que el gobierno prepara la documentación para deportar prisioneros de nacionalidad extranjera, específicamente a Colombia y Perú.
Estamos preparando las cartas individuales de cada persona para presentar a Colombia, que el Ministerio de Justicia las tramite y finalmente poder trasladarles, manifestó la ministra de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana en entrevista con el canal Ecuavisa.
Detalló que solamente de ese país hay en los centros penitenciarios ecuatorianos mil 500 reos, otros mil 500 de Venezuela y 110 de Perú.
«Es una cantidad bastante importante» que Ecuador busca reubicar, indicó
Desde que el presidente Daniel Noboa decretó el 9 de este mes la existencia de un conflicto armado interno, se refirió a sus intenciones de expulsar a privados de libertad extranjeros; sin embargo, ese proceso debe ser negociado con las naciones receptoras.
Ante la pregunta de si llegarían tropas de otros países, la canciller reiteró que Ecuador recibió mucho apoyo de la Unión Europea, Países Bajos y Brasil.
Esa última nación ofreció policía especializada, entrenamiento e inteligencia.
En relación con los acuerdos de cooperación militar con Estados Unidos, que para expertos y líderes de organizaciones sociales implican ceder soberanía, Sommerfeld celebró que gracias a esos tratados podrá haber interdicción en aire y en mar para combatir al crimen organizado trasnacional.
Pueden llegar a trabajar en diferentes instancias, lugares, pero eso lo determinan con los ministerios del área de seguridad. Desconozco exactamente las áreas de trabajo, las posiciones geográficas y dónde pueden estar, apuntó.
Existe hoy una gran preocupación sobre el alcance de esos acuerdos con Washington y hasta qué punto pudieran implicar una especie de Plan Ecuador, similar al implementado en Colombia.
El asambleísta Ricardo Ulcuango, del movimiento Revolución Ciudadana, recordó cómo entre 2007 y 2017, durante el gobierno de Rafael Correa, «sin necesidad de entregar nuestra soberanía fuimos el segundo país más seguro de Latinoamérica».
Advirtió que lo que menos le importa a Estados Unidos es la seguridad de un país extranjero, «su intromisión solo se traduce a saqueo y abuso».